Martes 2 de Abril del 2013 |

Columnas y artículos políticos

A continuación, El Semanario sin Límites ofrece una selección con las columnas y artículos financieros más destacados que publica la prensa nacional hoy.

De lunes a viernes, El Semanario sin Límites ofrece la mejor selección de artículos de opinión en materia política; consúltela.
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Ciudad de México | Martes 11 de Septiembre de 2012

REFORMA

Jorge Alcocer

No hay que exagerar

En la sesión solemne (sic) de la Sala Superior del TEPJF, en que recibió la constancia de mayoría como Presidente electo, Enrique Peña Nieto afirmó: "Fueron también los ciudadanos quienes vigilaron nuestra democracia. Más de 3 millones de mexicanos sirvieron a su país como funcionarios de casilla o representantes de los partidos políticos, supervisando y contando los votos".

La contundencia de la cifra llamó mi atención, ya que, en relación al número de votantes que acudieron a las urnas el domingo 1o. de julio, significaría que el 6 por ciento de aquellos fueron funcionarios de casilla o representantes de partidos presentes en las casillas.

No hay que exagerar. Al revisar la numeralia encontré lo siguiente: poco más de un millón de ciudadanos fueron capacitados y seleccionados por el IFE como funcionarios de casilla, a través del barroco procedimiento establecido en el Cofipe, consistente en escoger, al azar, un mes del año y luego una letra del alfabeto; todos los inscritos en la lista de electores que cumplan las dos condiciones son potenciales funcionarios de casilla.

Cada una de las 143 mil 153 casillas instaladas para la jornada electoral federal contó con su respectiva mesa directiva, integrada por un presidente, un secretario y dos escrutadores. Por tanto, el 57 por ciento de los ciudadanos capacitados, casi 600 mil, estuvieron recibiendo y contando los votos; otros 400 mil eran suplentes, 3 por casilla. Las suplencias efectuadas no alteran la primera cifra.

Los otros dos millones, a que se refirió el Presidente electo, fueron representantes de partidos ante las casillas. Efectivamente, fueron acreditados ante los órganos del IFE casi ese número, que sumado al millón de integrantes de las mesas directivas (propietarios y suplentes) arroja la cifra de tres millones a que se refirió Peña Nieto.

Pero resulta que, según los datos del propio IFE, de los casi dos millones de representantes de partidos, acreditados por éstos previo a la jornada electoral, acudieron a cumplir su tarea poco más de medio millón, es decir el 25 por ciento; el otro 75 por ciento no asistió a cumplir su tarea, cualquiera haya sido la causa.

Los partidos del Movimiento Progresista fueron los principales afectados por el ausentismo de sus representantes, mientras que el PRI y el PAN alcanzaron los mejores niveles de cobertura. A final de cuentas, el dato duro es que en alrededor del 94 por ciento del total de casillas, asistieron representantes de dos o más partidos; mientras que solamente en el 6 por ciento solo estuvo presente el de un partido, o no asistió ninguno.

Para valorar la calidad de la jornada electoral, tengamos presente la suma de los ciudadanos funcionarios de casilla que cumplieron su tarea y los ciudadanos representantes de partidos que asistieron; son más de un millón de testigos directos de la forma en que los votos fueron recibidos y contados ese día.

Corresponde a cada partido político hacer el balance de lo ocurrido con sus representantes ante las casillas, a fin de saber las causas del elevado ausentismo y evaluar la relación entre el gasto realizado para esos fines y la cobertura alcanzada.

Decía Jorge Carpizo que nuestras leyes electorales son producto de la "feria de las desconfianzas"; esa condición renace en cada proceso electoral. Recordemos la polémica sobre el lápiz que sustituyó a la crayola, bajo la peregrina idea que la aviesa intención era borrar la marca en la boleta; o si se debía prohibir a los electores entrar a la casilla con teléfono celular, para impedir que el ciudadano tomara una foto a su boleta, ya marcada, para acreditar que había cumplido en la compra-venta supuestamente pactada.

Debemos admitir que la época en que casilla no vigilada -por las oposiciones- era casilla trampeada, quedó atrás; hace varios lustros que la garantía de que los votos cuentan y se cuentan está a cargo de esas centenas de miles de ciudadanos que, de manera ejemplar, nos reciben y atienden con diligencia, quitando horas a su descanso dominical, para hacer la tarea que por azar se les confió.

Hay que desmontar la pirámide de normas legales que ya no tienen razón de ser, que suponen gastos del IFE -y también de los partidos- por cientos de millones de pesos, tirados en el barril sin fondo de los resabios de la desconfianza.


Federico Reyes Heroles

Por una nueva izquierda


A la memoria de Ernesto de la Peña, por la bonhomía de su erudición.

Si no fuera un asunto serio podría uno reírse. Un legislador del PRD, Martí Batres, lanzó una iniciativa de ley que criminaliza las encuestas. Leyó usted bien. Aquel que difunda encuestas de intención de voto antes de las elecciones debería ir a la cárcel. Esos son los demócratas de nuestra izquierda. Convencido, como su líder AMLO, de que el 70% de los electores somos estúpidos, masoquistas o manipulables, el legislador cree que los mexicanos no somos aptos para recibir información de lo que piensan los otros mexicanos. En la mejor tradición estalinista propone censurar, para que la información sea restringida y administrada por el soviet supremo. Igual que en Cuba o Corea del Norte. Vuelta atrás en la historia de por lo menos 50 años.

Comprender que las encuestas y la democracia van de la mano está fuera de su alcance. Dónde están las de Cuba, por poner un ejemplo. El hecho de que las sociedades que viven en libertad estén fincadas en el libre flujo de información sin limitaciones estatales resulta anatema para el legislador. Por lo visto está fuera de sus horizontes intelectuales y culturales imaginarse cómo operan las sociedades en libertad. Valdría la pena que el Legislativo le pague a este legislador los trámites de su pasaporte y lo envíe a darse una vuelta por el mundo. Quizá así se percataría de que piensa como en el paleolítico primero.

Lo grave del asunto es que este dinosaurio retrata de cuerpo entero el porqué profundo de la crisis de la izquierda en México. En un país con una enorme injusticia social, en un país donde las leyes fiscales no modifican la desigualdad, en un país donde las diferencias siguen siendo abismales, en un país necesitado de propuestas justicieras modernas y no ideológicas y con olor a naftalina, la izquierda se sigue dando contra la pared. Lo primero sería leer la realidad. Setenta por ciento de los electores votó por otras opciones. En pocas palabras votó contra las alianzas de la izquierda. El 70% prefirió al desgastado PAN o al PRI de mala fama histórica que a la izquierda. Los masoquistas, para recordar la expresión de AMLO, fuimos muchos. ¿Por qué?

La respuesta es triste. Desde la ruptura en el PRI de Cuauhtémoc Cárdenas hace un cuarto de siglo, la izquierda ha sido incapaz de construir una alternativa discursiva sólida y moderna. Dos grandes líderes y caciques le dieron vida, votos y dinero a la izquierda: Cárdenas y AMLO. Especialista en destruir instituciones y no en crearlas, esa izquierda apostó al mismo juego: apostar al gran líder que los lleve a Los Pinos. A diferencia del PAN que apostó primero a la periferia y desde allí llegó al centro, la izquierda decidió caminar a la inversa. Con toda la tela de injusticia social que está frente a los ojos de cualquier mexicano, hoy la izquierda no convence más que al 30% del electorado. Pero hay más.

El dinosaurio priista logró reinventarse y venderse muy bien: pasó de ser, hace una década, el partido con la peor reputación a ser hoy el que ostenta la mejor. Cuando algunos se preguntan cómo es posible el retorno del PRI, parte de la explicación radica en el desastre de la izquierda. Su caciquismo institucionalizado compite codo a codo con el viejo priismo. Por si fuera poco los jóvenes no votaron por la izquierda. Será acaso que son menos inquietos que hace medio siglo, o quizá la contrahecha oferta de la izquierda entre lo institucional y lo subversivo -contrario a las instituciones- no los convenció.

La ambigüedad de los líderes perredistas trae factura. Por fin, ¿fueron elecciones limpias o no lo fueron? Lo que no se vale es cobrar del presupuesto durante años y salir a escupirle al proceso electoral por la evidente razón de haber perdido. Claro ahora su democracia exige desaparecer a las encuestas. Si hubo ilegalidades, por qué no las denunciaron a tiempo. ¿No han comprendido que esa sociedad injusta opera en una economía abierta que espera modernidad en la vida política? Las generaciones post-TLC son hoy mayoría. La sociedad abierta en lo económico y lo político por fortuna se ha instalado en la mente de millones de mexicanos. México es hoy otro y la izquierda ignorante y autoritaria no lo ha entendido.

Aplaudo que la ruptura entre AMLO y el PRD esté en puerta. Muchos mexicanos apoyarían -apoyaríamos dijo el otro- a una nueva izquierda moderna, abierta, más informada o menos ignorante, que no se ufane de no tener pasaporte y no conocer Nueva York, que sea capaz de entender el Índice de Gini que mide la desigualdad y de aceptar cuáles son las medidas que se tienen que adoptar para disminuir la pobreza y generar una sociedad más justa.

Ni el perseguidor de las encuestas ni AMLO caben en ese nuevo mundo al que pertenece México por propio derecho. Sus locuras e imaginerías le han causado un enorme daño a la izquierda y al país. Bienvenida la ruptura, ojalá dé nueva vida a los verdaderos progresistas.



MILENIO

LA HISTORIA EN BREVE, Ciro Gómez Leyva

López Obrador es solo un buen jugador que se va al Real Madrid

Hagamos una analogía futbolera, le digo a Jesús Ortega, líder histórico de la corriente de Los Chuchos en el PRD, tan despreciada por Andrés Manuel López Obrador. Si ustedes fueran un equipo, López Obrador sería el superestrella, el goleador, el que lleva la gente al estadio.

—Es un buen jugador —responde aceptando la invitación—. Pero estoy seguro de que Messi no puede solo con el Barcelona, porque un hombre no hace un equipo, como un hombre no hace un partido político, ya que necesita el concurso de todos los jugadores y de toda la gente. No creo que la historia la hagan unos personajes brillantes, unos buenos jugadores. La historia la hace la gente, el pueblo, la sociedad en su conjunto.

—¿Es solamente un buen jugador?

—Un buen jugador que ahora se cambia al Real Madrid, o al Manchester, pero no se acaba el equipo. El equipo tiene otros jugadores que están jugando en conjunto, que es lo que importa en la política para lograr el campeonato.

Jesús Ortega, secretario general del PRD cuando lo presidió López Obrador, y presidente él mismo entre 2008 y 2011, no regala la frase de que está muy contento por la decisión del tabasqueño de separarse en paz del partido para formar uno nuevo, propio. Pero apenas lo oculta.

—Más que contento, se abre una oportunidad —dice—. Una oportunidad que, con inteligencia, deberíamos de aprovechar todos. La gente podrá optar ahora por una izquierda con visos de extremismo y un programa anacrónico, o una izquierda moderna, progresista, socialdemócrata, libertaria, como la que nosotros pensamos que podemos representar.

Nadie hasta el momento ha sido más claro que el Chucho mayor.


EL ASALTO A LA RAZÓN, Carlos Marín

Abortó una demencial acusación

Menos que “conceder”, pero tan efectivo como “ordenar”, la sugerencia que el gobierno de Barack Obama hizo a un tribunal de New Haven (Connecticut), para que se otorgue inmunidad diplomática a Ernesto Zedillo y el ex presidente no sea procesado por el perverso y fantasioso cargo de ser el “autor intelectual” de la matanza de Acteal, termina con los sueños guajiros de deudos anónimos que quisieron alzarse con 50 millones de dólares.

Presentada por el bufete gringo Rafferty, Kobert, Tenneholtz & Hess, la demanda se sustenta en un reportaje del autor de estas líneas sobre paramilitares en Chiapas y publicado un par de semanas después de la masacre, ocurrida el 22 de diciembre de 1997.

Lo demencial de la acusación no estriba solo en que supone a Zedillo planeando la matanza, sino que para ejecutarla se basara en un plan del Ejército de 1994, cuando su predecesor en la Presidencia era Carlos Salinas de Gortari, de quien vive agraviado porque le endilgó los costos del “error de diciembre” de aquel año y con quien dos meses después rompió tan drásticamente que le encarceló a un hermano.



EXCÉLSIOR

VENTANA, José Cárdenas

“La sombra del caudillo”

Del rumor a la certeza... y del pánico al sosiego.

No me refiero a la sicosis desatada la semana pasada al oriente de la Ciudad de México; hablo del temor a un dios llamado Andrés Manuel.

Tan pronto como cerraron las casillas electorales el pasado primero de julio, muchos vislumbraban un escenario catastrófico. Para esos agoreros del desastre, 2006 sería un juego de niños. No faltó quien alertara el peligro de las huestes iracundas de la izquierda dispuestas a incendiar al país.

El temor se acabó… por ahora. La amenaza de la desobediencia civil quedó en un simple decálogo de acciones encaminadas a mantener viva la obsesión presidencialista del Sr. López para gobernar su Estado de Ánimo, a lomos del Movimiento de Regeneración Nacional, sin caer en violencia, menos en provocación… suavecito… y no porque no quiera; porque ya no puede… y se le fue el avión.

La decisión de Andrés Manuel revela que la madre de todas las batallas ante el Tribunal Electoral, aunque estaba perdida, había que pelearla. El mesías infalible soy yo… repitió hasta el cansancio… y toda la fanaticada obedeció. Cualquier otra cosa hubiera sido herejía. El Peje es ejemplo de autocracia pura… dirá aquél.

Ahora el PRD queda al otro lado del río… su primera misión, si decide aceptarla, es evitar el naufragio en las lagunas de la orfandad.

Para la dirigencia nacional del sol azteca llegó la hora de enfrentar sin miedos la impostergable refundación… ya sin el lastre de López Obrador, levantar el tiradero y poner a cada cual en su lugar.

Hasta ahora, los pleitos internos han impedido al perredismo definirse como opción en el escenario político. El PRD ha debatido su fatiga entre Andrés Manuel y las perversas disputas de las tribus que han envenenado el afán del contrapeso político nacional, impostergable.

A Los Chuchos, y amigos que les queden, les toca soltar las amarras de la nomenklatura burocrática para privilegiar la obligación de trascender tan añejos conflictos existenciales.

No será fácil, y menos después de tan traumático divorcio…

MONJE LOCO: Los cinco acusados de menear el avispero en Ciudad Neza —un enjambre de un millón cien mil habitantes— y sembrar pánico en las colonias orientales de la Ciudad de México libraron la culpa. La falta de los “rumoristas” no fue considerada grave, menos la de aquellos tuiteros que contribuyeron a la efímera sicosis… mientras tanto, en Estados Unidos, protegido por una inmunidad derivada del cargo que dejó a fines del siglo pasado, Ernesto Zedillo les pintó un violín a quienes le quisieron fincar responsabilidades genocidas en la matanza de Acteal. Ya sea para lo grave o para lo simple, el caso es en el fondo el mismo: la impunidad… nuestro verdadero problema… cuando sólo dos de cada 100 delitos llegan a fin de una causa penal. –¿Entonces, para qué tanto cuento? PUNTO Y APARTE: El general de División diplomado de Estado Mayor Moisés García Ochoa comandará el desfile patrio… y según los usos y costumbres del Ejército, podría ser el próximo secretario de la Defensa. El general García Ochoa es el director general de Administración de la institución armada —fue secretario particular del general Clemente Vega durante el sexenio de Vicente Fox—. García Ochoa ha sido señalado luego de que el 16 de julio se dio a conocer que entre 2011 y 2012 la Sedena gastó cinco mil millones de pesos en la compra de equipo para labores de inteligencia.


RAZONES, Jorge Fernández

Hezbolá, Irán, Zetas

El peligro existe y es real. Ya a fines del año pasado hubo una investigación que ligaba a la diplomacia iraní con Los Zetas.

Hace exactamente 11 años el mundo cambió con los atentados a las Torres Gemelas y al Pentágono. Estados Unidos modificó sus prioridades y lanzó una guerra contra el terrorismo, que se continuó con la intervención en Irak y terminó derivando, directa o indirectamente, por el enorme gasto militar y de seguridad financiado a través del déficit, en una crisis financiera global de características inéditas.

México también cambió y cambiaron las prioridades en la relación con Estados Unidos. Si unos días antes de los atentados, cuando el entonces presidente Fox visitó Washington, México fue presentado, en el saludo de cowboy que intercambiaron Fox y George Bush, como el más importante aliado de la Unión Americana, unos días después, luego de los ataques, la declaración quedó en el olvido: el gobierno de Fox no atinó ni siquiera a tener una respuesta y solidaridad rápida con Washington y, meses después, cuando en una decisión atinada, decidió no participar en la invasión a Irak, la relación se enfrió casi por completo.

Pasaron los meses y en los últimos años esa relación se ha fortalecido en forma sustancial: la lucha contra el narcotráfico y la llegada de Barack Obama y Felipe Calderón a los respectivos gobiernos lograron cambiar las cosas. El desempeño de Arturo Sarukhán en Washington contribuyó en forma importante y, pese a los desacuerdos que suscitó su gestión, Carlos Pascual no fue un mal embajador de la Unión Americana, y Anthony Wayne lo ha hecho con tacto y mucho acierto.

El hecho es que la relación sigue pasando, en muy buena medida, por la seguridad. Puede ser que México no haya intervenido en lo de Irak, pero su participación en las medidas de seguridad global ha sido estricta, y los intercambios de información y complementación de sistemas han sido la norma. Pese a que uno de los mayores temores de la seguridad estadunidense ha estado desde hace 11 años en la posibilidad de que personajes o grupos terroristas ingresen u operen desde México hacia Estados Unidos, lo cierto es que no ha habido un solo caso significativo al respecto y, cuando se ha intentado hacerlo, esos esfuerzos han sido desarticulados. El caso más reciente fue la detención y deportación de un presunto miembro de Hezbolá, la organización terrorista pro iraní, en Mérida, como parte de una serie de investigaciones que comenzaron desde hace casi tres años en el sureste del país.

Pero el peligro existe y es real. Ya a fines del año pasado hubo una investigación que ligaba a la diplomacia iraní con Los Zetas, en la búsqueda de realizar atentados en Estados Unidos. En aquella ocasión, un diplomático de Irán asentado en Estados Unidos buscó un contacto con Los Zetas para efectuar esos atentados. Resultó que la persona que encontró y que supuestamente trabajaba para ese cártel, era un agente de seguridad de Estados Unidos infiltrado en el grupo. El “diplomático” finalmente fue detenido, precisamente en nuestro país y desde aquí enviado a Estados Unidos. También se difundió la información de que Los Zetas y Hezbolá utilizaban el mismo “blanqueador” de dinero del otro lado de la frontera.

Y todo ese flujo de información ha coincidido con una creciente presencia del gobierno de Irán en la región, sobre todo en Venezuela y Nicaragua. El tema no es menor, porque, sobre todo, pasada la elección presidencial en la Unión Americana, el capítulo de Irán se transformará en uno de los más destacados de la agenda internacional de ese país y, por ende, de México.

El tema no es menor, como tampoco lo serán, por las repercusiones que pudieran tener en nuestro país, las negociaciones que comenzarán el mes próximo en Oslo, de las FARC con el gobierno colombiano. Pero eso ya lo analizaremos esta semana.

Dos casos más EU-México

Jesús Quiñones era el responsable de los enlaces de seguridad del gobierno de Baja California con diversas agencias de Estados Unidos. El problema es que Quiñones trabajaba para el cártel de los Arellano Félix. Está siendo juzgado en San Diego por narcotráfico y lavado de dinero, pero, sobre todo, por haber proporcionado información de seguridad de ese país a los cárteles. Esta semana podría ser condenado a cadena perpetua en uno de los casos más delicados de infiltración del narcotráfico en las áreas de seguridad en nuestro país.

El gobierno estadunidense ha solicitado inmunidad para el ex presidente Ernesto Zedillo en el proceso que se le intentó acreditar por su supuesta responsabilidad en la masacre de Acteal. Lo que ocurrió en esa población, más allá de visiones intencionalmente deformadas, ha sido investigado al detalle por el CIDE, y por autores como Gustavo Hirales y Héctor Aguilar Camín, en forma concluyente. Más allá del juicio que se tenga sobre su gestión, era evidente que Ernesto Zedillo no tuvo responsabilidad alguna en esos hechos.
Por: Redacción
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