El sistema de flotación sucia que aplica el gobierno está en el ojo del huracán después de que el peso se ha derrumbado en los últimos seis meses. Los mecanismos de intervención en el mercado no parecen ser eficaces frente a una crisis como ésta, ni tampoco las reglas para el tratamiento de los capitales. Está en juego la estabilidad económica y el crecimiento futuro