El mundo, después de la reciente tragedia en el Lejano Oriente, ya no volverá a ser el mismo. El PIB japonés se contraerá, su actividad manufacturera y su imperio tecnológico se desplomarán. A nivel global, los mercados financieros ya han sido capturados por una ola de aversión al riesgo. México, en tanto, sufrirá el latigazo, principalmente, en su industria automotriz