Miercoles 16 de Enero del 2013 |

Islamistas de Malí contraatacan

Los islamistas retomaron la ofensiva al atacar una ciudad a 400 kilómetros al norte de esta capital y amenazaron golpear "en el corazón de Francia", que bombardea desde hace cuatro días sus columnas.

Francia explicará este lunes su intervención militar en Malí al Consejo de Seguridad de la ONU y los extremistas islámicos amenazan con
Francia explicará este lunes su intervención militar en Malí al Consejo de Seguridad de la ONU y los extremistas islámicos amenazan con "golpear el corazón" de la nación europea. El gobierno de François Hollande ha modificado el rumbo.
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Bamako, Malí | Lunes 14 de Enero del 2013

"Vinieron de la frontera mauritana (los islamistas), donde habían sido bombardeados por el Ejército francés y atacaron hoy (lunes) la localidad de Diabali (centro)", declaró una fuente de seguridad maliense.

El presidente francés, François Hollande, ha virado el rumbo y las tropas galas han infligido duras pérdidas a las posiciones de los extremistas de la nación africana.

Por su parte, el Consejo de Seguridad de la ONU prevé reunirse esta tarde, a solicitud de Francia, que desea informar a sus aliados sobre la situación en el país africano y su intervención militar.

Justo cuando sus líderes estaban definiendo una nueva estrategia de "manos fuera" de África, Francia se ha visto empujada a la línea del frente de uno de los campos de batalla más arriesgados del continente en el profundo desierto de Malí.

El ministro francés de Defensa, Jean-Yves Le Drian, reconoció que aunque los islamistas están en "retirada" en el frente Este, sigue habiendo un "punto difícil" en el Oeste, donde se halla precisamente Diabali.

El apoyo del presidente François Hollande a los ataques aéreos para detener el avance de los rebeldes islamistas sobre la capital, Bamako, aumentó el nivel de amenaza para nueve rehenes franceses retenidos por aliados de Al Qaeda en el Sáhara y para los 30,000 franceses expatriados que viven en las naciones vecinas, la mayoría musulmanas.

También podría provocar un atentado en suelo francés. Sin embargo, en lo que podría ser la decisión más importante de política exterior de su presidencia, Hollande apostó a que no hacer nada suponía un riesgo mayor de que se cree un Estado yijadista como el de Afganistán bajo el régimen Talibán.

"Debemos detener la ofensiva de los rebeldes, de otra manera toda Malí caerá en sus manos -creando una amenaza para África e incluso para Europa", dijo su ministro de Exteriores, Laurent Fabius, a los periodistas para justificar el apoyo al arruinado Ejército nacional de Malí.

Durante nueve meses, los estrategas militares en París habían estado trabajando en un respaldo discreto y limitado a una misión africana que planeaba expulsar a finales de este año a los islamistas de la ex colonia francesa.

Ese escenario se vio súbitamente alterado el jueves, cuando los rebeldes capturaron la ciudad central de Konna, que es la puerta de entrada hacia Bamako, 600 kilómetros más al sur.

Con el Ejército de Malí impotente, Hollande ordenó los primeros ataques militares de su carrera. Ahora Francia ha desplegado 550 tropas, un avión de transporte C-160, helicópteros de ataque y tiene aviones de combate Rafale en estado de alerta.

Amplio respaldo por ahora

La intervención se produjo semanas después de que París fracasara en su intento de rescatar al líder titular de la Republica Centroafricana, otra ex colonia, dejando al presidente François Bozize sin más alternativa que aceptar un pacto para compartir el poder con los insurgentes que amenazan con tomar el control del país rico en minerales.

El revés de Bozize fue una señal de que el gobierno de Hollande estaba clavando otro clavo en el ataúd del "Françafrique", un sistema que ha durado décadas y durante el cual París ha apoyado a líderes africanos alineados con los intereses comerciales franceses.

El sistema "Françafrique" ayudó durante años a establecer las estrategias en África de las empresas francesas en sectores de la minería y energía tales como el gigante petrolero Elf Aquitaine, que se convirtió en Total SA en 2003. El presidente ejecutivo de Total fue citado el año pasado diciendo que creía que la "Françafrique" estaba muerta.

Viejos hábitos

El gobierno de Hollande dejó claro que al entrar en Malí, Francia no estaba retomando viejos hábitos.

Su presencia está legitimada por las resoluciones de la ONU que exigen la intervención extranjera para apoyar a las fuerzas de Malí y aprobada por los mismos líderes africanos que se enojaron en 2001 cuando Francia y Reino Unido ordenaron ataques aéreos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Libia para derrocar a Muamar Kadhafi.

Estados Unidos y Reino Unido también han manifestado su apoyo, e incluso la mayoría de los conservadores de la oposición en Francia dicen que Hollande hizo lo correcto.

Impactantes informes de amputaciones públicas en el rebelde norte de Malí, donde se impone la dura ley islámica, la sharia, persuadirá a muchos electores franceses de que la intervención fue justa.

Los primeros vuelos de aviones de transporte militar británicos para apoyar la operación de las Fuerzas Armadas francesas en Malí empezarán este lunes a partir de una base del noroeste de Francia, informó la fuerza aérea francesa.

Gran Bretaña anunció el sábado que aportaría ayuda logística a la intervención francesa, pero que no desplegaría personal en situación de combate.

También se aceleran los preparativos para el despliegue de una fuerza de países del oeste africano, con el aval de la ONU, para desalojar a los grupos vinculados a Al Qaeda.

Los primeros elementos de las tropas de los países de la Comunidad Económica de los Estados de África del Oeste (CEDEAO) están ya listos y estarán dirigidos por el general nigeriano Shehu Abdulkadir.

Nigeria enviará 600 hombres. Níger, Burkina Faso, Togo, y Senegal anunciaron igualmente un envío cada uno de 500 hombres, mientras que Benín aportará 300.

Sin embargo, los acontecimientos sobre el terreno podrían cambiar rápidamente. Las familias de los rehenes franceses en manos de grupos islamistas en el Sahel temen que la intervención francesa ponga en peligro la vida de los cautivos.

Aunque los islamistas de Malí son un Ejército variopinto, han conseguido recuperar muchas de las armas que fueron sacadas de Libia durante su guerra y pueden infligir daño real, incluyendo el derribo de un helicóptero francés en los primeros días de los ataques.

Al acudir en ayuda del Ejército de Malí, Hollande desafió las amenazas de los aliados de los rebeldes, Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQIM), de matar a los rehenes franceses capturados a lo largo del Sáhara en los últimos años.

Después de que un comando francés fracasara la semana pasada en el rescate de un agente secreto, retenido en Somaliadesde 2009, será ahora muy difícil para él garantizar su seguridad.

"Con esta intervención (en Malí), el presidente francés ha demostrado que no quiere que se le tome por rehén en el tema de los franceses en manos de AQIM. Eso es un acto de valentía política", dijo Mathieu Pellerin, jefe del Centro de Inteligencia Estratégica en el continente africano (CISCA), con sede en París.

Pero, el riesgo de causar daños colaterales podría minar el apoyo local y extranjero a la misión.

"Si irrumpimos allí, entonces podríamos tener imágenes horribles de mujeres y niños muertos", dijo una fuente de la diplomacia francesa hablando antes de los acontecimientos de la semana pasada, indicando cómo las muertes de civiles causadas por las operaciones de la OTAN en Afganistán perjudicaron el apoyo de la opinión pública a las misiones de Occidente para derribar al Talibán.

"Bloquear" el avance de "los terroristas, ya lo hemos hecho. Lo que empezamos ahora es a ocupar las bases de retaguardia terroristas", explicó ayer el ministro francés de Relaciones Exteriores, Laurent Fabius.

También han aumentado los temores a represalias contra las grandes comunidades de expatriados franceses que viven en países musulmanes vecinos como Burkina Faso, Niger y Senegal.

Pero lo que de verdad haría cambiar el rumbo político es la amenaza de un ataque en territorio francés, donde vive la mayor población musulmana de Europa, con unos cinco millones de personas.

Francia es totalmente consciente del riesgo de radicalización después de que un pistolero inspirado en Al Qaeda matara en la ciudad de Toulouse a siete persona el pasado marzo.

Subrayando que se toma la amenaza muy en serio, Hollande anunció el sábado que estaba intensificando las medidas de seguridad en el transporte y en lugares públicos en Francia.

"Francia atacó al Islam. En el nombre de Alá, vamos al golpear en el corazón de Francia. En todas partes. En Bamako, en África, en Europa", declaró Abu Dardar, uno de los responsables del Mujao (Movimiento para la Unicidad y la Yihad en África del Oeste) en el norte de Malí.

Otro jefe del Mujao dijo a una radio francesa que con su intervención militar, Francia había "abierto las puertas del infierno", y caído en una trampa "mucho más peligrosa que Iraq, Afganistán o Somalia".

Más de 60 yihadistas murieron ayer en la ciudad de Gao y su periferia debido a los intensos bombardeos de las fuerzas francesas en esa ciudad del norte de Malí, declararon habitantes y responsables de seguridad.

Gao, Kidal y la histórica ciudad de Tombuctú son las tres principales urbes del norte de Malí --una región mayoritariamente desértica-- que están en manos de los islamistas desde hace nueve meses.

En Tombuctú, los islamistas han llevado a cabo en los últimos meses lapidaciones y amputaciones.

Mientras, un segundo soldado francés ha muerto en el intento de rescatar al rehén Denis Allex, de la misma nacionalidad, secuestrado en Somalia desde julio de 2009. Así lo han asegurado los islamistas del grupo armado Al Shabab, que combate contra el gobierno somalí.

Un comando francés penetró a bordo de un helicóptero en el sur de Somalia el sábado, en una operación para liberar a Allex. Sin embargo, el comando se encontró con una fuerte resistencia de los guerrilleros. El resultado de esta operación: dos soldados franceses y 17 terroristas muertos.

"El segundo comando ha muerto por sus heridas. Mostraremos los cuerpos de ambos", declaró Abdiasis el portavoz militar de Al Shabab, Abu Musab, que ha asegurado que Allex estaba vivo y su suerte sería decidida más adelante.

El ministro francés de Asuntos Exteriores, Laurent Fabius, ha reconocido este lunes que la operación "fue un fracaso" y ha instado a que no se de crédito a cualquier información que indique que el rehén sigue vivo.

Fracaso

"Lo que pasó en Somalia es terrible, un fracaso, todo el mundo lo sabe. Se sabía que había una posibilidad de intervenir. Hacía falta encontrar el momento oportuno y finalmente el presidente, François Hollande, ha decidido aprobar esa operación, que desgraciadamente terminó mal", dijo Fabius en una entrevista concedida a la cadena LCI.

Al Shabab ha publicado este mismo lunes tres fotografías que muestran el cadáver de un supuesto comandante francés abatido durante una fallida operación de rescate de un rehén galo llevada a cabo el pasado sábado en el sur de Somalia.

En el primero de los mensajes publicados a través de su cuenta de Twitter, Al Shabab comenta: "Comandante francés muerto durante la chapucera operación de rescate en Bulo Marer". El segundo mensaje pregunta al presidente galo, "François Hollande, ¿mereció la pena?", y va acompañada de una imagen del mismo soldado en un plano más abierto. En la tercera imagen publicada se puede ver un primer plano del militar, quien porta una cadena con una cruz plateada alrededor del cuello. El mensaje que la acompaña dice: "La vuelta de las cruzadas, pero la cruz no pudo salvarle de la espada".

Se informó que el rehén era agente de la Dirección General de la Seguridad Exterior (DGSE) y, en el momento de su plagio en Mogadiscio participaba en una misión de apoyo al gobierno de transición somalí.

Allex es uno de los nueve franceses secuestrados en África, de los cuales cinco están en Níger, dos en Malí y otro en Nigeria, y la mayoría de ellos en manos del grupo terrorista Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI).

Tras su secuestro, el agente de la DGSE apareció en dos ocasiones en videos emitidos por páginas web radicales islámicas, en los que reclamaba la ayuda de presidente Hollande y pedía que Francia dejara de apoyar al gobierno de SoMalía.

Al Shabab, que anunció en febrero de 2012 su unión formal a la red terrorista Al Qaeda, lucha para instaurar un Estado islámico de corte wahabí en Somalia.

La Misión de la Unión Africana en Somalia (AMISOM), el Ejército soMalí, las Fuerzas Armadas etíopes y varias milicias pro gubernamentales combaten a los integristas islámicos.

Aunque las tropas aliadas arrebataron el pasado septiembre a Al Shabab su mayor bastión, la ciudad costera sureña de Kismayo, los radicales aún controlan buena parte del centro y el sur de SoMalía, donde el frágil Ejecutivo del país no ha impuesto su autoridad.

Somalia vive en un estado de guerra y caos desde 1991, fecha en la que fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barré, lo que dejó al país sin un gobierno efectivo y en manos de milicias radicales islámicas, señores de la guerra y bandas de delincuentes armados.

Con información de agencias

Por: Redacción
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