Opacidad y confabulación. Éstas son las características que hay detrás del diferendo entre los partidos políticos con respecto a las Cuentas Públicas 2002-2003, y cuya aprobación al cierre de esta edición se mantenía en vilo. Sí, más allá de la grilla que ha desatado la gestión de los recursos, en el fondo de esta historia está un elemento que los políticos no quieren poner sobre la mesa: su resistencia a ofrecer cuentas en tiempo y forma.