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Brasil | Lunes 6 de Agosto de 2012
General Motors Co y un sindicato brasileño acordaron postergar hasta noviembre la decisión de eliminar hasta 1,840 puestos de trabajo en una fábrica cerca de Sao Paulo.
Esta decisión, se produjo luego de tensas negociaciones y recordatorios por parte del gobierno brasileño de que las exenciones impositivas que las que disfruta la automotriz son a cambio de preservar empleos, y dio a GM tres meses más para evaluar la situación de los despidos.
Luego de 9 horas de negociaciones el sábado pasado con el sindicato, Luiz Moan, jefe de relaciones institucionales de GM en Brasil, dijo que la compañía seguiría adelante con las conversaciones sobre un acuerdo laboral con los trabajadores en los próximos meses.
Mientras que se dio a conocer que miembros del sindicato votarán sobre el acuerdo ya alcanzado en una asamblea el martes.
Dicho acuerdo alivia una creciente presión política que se ha vivido en las últimas semanas, ya que la firma estadounidense consideraba cerrar la planta de ensamblaje, una de las 8 situadas en un complejo en São José dos Campos.
Además el gobierno de Brasil ha hecho advertencias a GM sobre el recorte de empleos, especialmente porque las ventas, que han estado bajas debido a la desaceleración del crecimiento de la economía brasileña, repuntaron en las últimas semanas gracias a exenciones impositivas.
"Damos incentivos fiscales y queremos algo a cambio: empleo estable", declaró la presidenta Dilma Rousseff la semana pasada.
Cabe señalar que las exenciones tributarias para las automotrices están entre una serie de incentivos para la industria, después de que la economía de Brasil empezara a enfriarse desde el año pasado.
La automotriz aseguró que de los trabajadores en riesgo de perder sus empleos, mantendrá a 900 en la planta de ensamblaje, el resto continuará recibiendo sus salarios mientras reciben entrenamiento para optar a otros puestos.
Desde el año 2008, General Motors ha dirigido sus inversiones a otras fábricas de Brasil, argumentando que en el complejo São Jose se pagan salarios demasiado altos y existen acuerdos laborales muy rígidos. Estos altos costos, hacen que la planta sea menos competitiva, según dijo la empresa.
Por su parte Antonio Ferreira, presidente del sindicato metalúrgico que representa a los trabajadores, declaró a periodistas que la presión de los gobiernos federal y estatal era clave para mantener la fuerza de trabajo de la planta y aseguró que su grupo seguiría negociando con GM para generar nuevas inversiones en el complejo.
Con información de agencias.