Con el fracaso de esta cumbre finalizada el 14 de diciembre tras 12 días, se aleja la posibilidad de una regulación internacional y multilateral de Internet. Actualmente, el control de la red de redes está en la práctica en manos de Estados Unidos. A través de la ICANN, este país controla la asignación de dominios de Internet y también tiene en su territorio gran parte de los nodos de telecomunicaciones claves para el funcionamiento de la Red. Desdela Unión Europea y otras potencias, este control de facto se ve con recelo.
Sin embargo, por el momento esto seguirá así hasta que las partes implicadas en este contencioso vuelvan a acercar sus posiciones en el futuro. Si eso no sucede pronto, algunos expertos alertan de que podría producirse una fragmentación de la Red. Por ejemplo, en el caso de que algunos países o regiones decidan empezar a aprobar por su cuenta estándares técnicos y regulaciones para el uso de Internet, ante la falta de un foro multilateral como el que proponía la WCIT. "Una alambicada situación que se mantendrá al menos hasta 2014, cuando se celebre en Corea del Sur la siguiente cumbre dedicada a las reglas de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT)", dijo la prensa española.
El encuentro organizado por la UIT (instancia perteneciente a la ONU) para aprobar una regulación global de la Red ha dado como resultado un acuerdo que no cuenta con el apoyo de Estados Unidos, Reino Unido, Australia y otra docena de los 193 países asistentes pero si con el de la mayoría de las naciones africanas y latinoamericanas. Esto supone que las medidas propuestas no serán aplicables.
La causa de este desencuentro ha sido un artículo que faculta a los estados firmantes a restringir la difusión de comunicaciones electrónicas masivas. Según la UIT y otros países que sí han firmado el acuerdo, como Rusia o China, esta medida quiere perseguir el spam. Pero para Estados Unidos y sus aliados, dicha cláusula abre la puerta a que los regímenes menos democráticos puedan controlar y censurar impunemente las comunicaciones a través de Internet.
El diario El País informó que los argumentos de los detractores ("infantiles" y "falaces") como "luchar contra el spam" o "protegerse de la cibercriminalidad" conducen por ejemplo a la enmienda presentada por la delegación rusa, y aprobada a mano alzada que va a permitir que los Estados tengan acceso a las redes internacionales de telecomunicaciones (y, potencialmente, puedan bloquearlas).
Por el momento no se han actualizado las bases que se fijaron en 1988 sobre las telecomunicaciones (que no mencionan Internet) pero se llegó -agregó el rotativo- a "un tratado de alivio" que, según un portal chino en español, entrará en vigor el 1 de enero de 2015.
El secretario general de la UIT, el Dr. Hamadoun Toure, dijo a Xinhua que tiene confianza en que los países que no firmaron consultarán con sus gobiernos y parlamentos y se unirán al tratado posteriormente, indicó. "El nuevo tratado nos acercará más a la meta de permitir el acceso a las telecomunicaciones a 4.500 millones de personas en todo el mundo que siguen sin estar conectados".
En la WCIT, se presentaron mil 275 propuestas y participaron la mayoría de los mil 600 delegados, entre ellos 70 ministros de 152 países miembros. El resultado del nuevo tratado, que estipula en su preámbulo que tener acceso a las telecomunicaciones e Internet es un derecho humano
La delegación estadounidense insistió en que el acceso a las telecomunicaciones es un derecho individual y que no debe ser un tema de países ni de la UIT.
Chen Yin, subjefe de la delegación de China, indicó que su país apoya el nuevo tratado porque precisamente el tratado anterior fue firmado en 1988 y desde entonces el progreso de los estándares de las telecomunicaciones es muy diferente entre los 193 países miembros de la unión. Los países desarrollados tienen el objetivo de invertir más en la infraestructura de las telecomunicaciones locales y más inversiones son buenas para los países africanos, señaló Chen.
Gift Buthelezi, uno de los vicepresidentes de la WCIT, subdirector del Departamento de Comunicaciones de la República de Sudáfrica y vocero del grupo africano, comentó que Estados Unidos y sus aliados "nos ves desde arriba". Los culpó de politizar la cumbre y de negarse a comprometerse. Buthelezi señaló que el grupo africano, que no incluye a Kenia, se comprometió al reducir los términos "Internet, contenido electrónico (e-content) y seguridad cibernética" en el nuevo tratado, mientras que Estados Unidos no mostró "ningún interés en hallar un consenso en absoluto".
En América Latina, sólo el gobierno de Costa Rica ha expresado su oposición a la firma del tratado.
Esta misma reticencia han expresado precisamente grandes consorcios como Google, así como la Internet Society (ISOC). En un comunicado, la ISOC advirtió que acudió a Dubai "con la esperanza de revisar un tratado centrado en la competencia, la liberación, el flujo libre de información y regulación independiente. Las cosas han tomado un rumbo en el cual estos conceptos han sido vulnerados. Además, se introdujeron enmiendas al texto que no fueron publicadas previamente", detalló.
Google, en su entrada al blog "Take Action" (Toma Accion), advirtió que la reunión de la UIT se produce en un momento de "creciente retroceso de la libertad en Internet".
Añadió:
"La UIT es el lugar equivocado para tomar decisiones acerca del futuro de Internet porque sólo los gobiernos tienen voz en la UIT, incluidos aquellos que no apoyan un Internet abierto y gratuito".
El documento final del RTI (Reglamento de las Telecomunicaciones Internacionales) a ser renovado no habla de censura ni de control de la Red por parte de los gobiernos. Se centra en asuntos como la interconexión e interoperabilidad entre las distintas redes. Incluso los que, como las mencionadas China y Rusia, querían que los gobiernos pudieran controlar más de cerca la asignación de nombres de dominio (lo que sigue tras las www.) y direcciones IP (que identifican a todas las máquinas que se conectan a la red), retiraron sus propuestas a comienzos de diciembre. Tampoco salió adelante la idea de algunos países africanos y asociaciones de operadoras de introducir el principio denominado sending party pays para que los grandes creadores de contenido, como Google o Facebook, corrieran con una parte de los gastos que provoca su enorme tráfico, dijo el autor de un blog.
Aún así, agregó, Estados Unidos, secundado por otras naciones anglosajonas como Reino Unido, Canadá y Australia, no firmaron el nuevo RTI y citó: al jefe de la delegación estadounidense, Ferry Kramer: "Internet ha dado al mundo inimaginables beneficios económicos y sociales durante estos pasados 24 años, todo sin la regulación de la ONU. Francamente, nosotros no podemos apoyar un tratado de la UIT que se contradice con el modelo multipartito de gobierno de Internet".
Pero de la lectura de la redacción final del nuevo tratado, dijo la fuente, es difícil deducir que el control de Internet estuviera en juego, al recordar que en ninguno de los 10 artículos del RTI se habla de la red y menos aún de su gobierno. Las referencias a la seguridad de las redes (artículo 5A) y a la necesidad de luchar contra el correo basura (artículo 5B) es lo más lejos que llega el texto. "Sólo en un anexo no vinculante se habla de la necesidad de fomentar el desarrollo de Internet y se alienta a los gobiernos a seguir analizando la cuestión para próximas reuniones. Típico lenguaje vago y dilatorio de las organizaciones internacionales".
"En realidad, la negativa de los estadounidenses no se debe al contenido del tratado sino al mismo hecho de su existencia", dijo el bloguero. Agregó que "Estados Unidos no quiere que la ONU meta las narices en Internet. A pesar de que lo salido de la WCIT hable de roaming, tarifas de interconexión o de conseguir un número mundial de emergencias como el 112, al país que, al menos indirectamente, controla la red a través de la ICANN, el IETF, la ISOC y otras organizaciones con sede en la Unión Americana, le da miedo que una vez abierta la puerta a los de Naciones Unidas, ya no la puedan cerrar. Y en ese camino se encontraron la alianza tácita con Google y el resto de grandes empresas de Internet. Les ha ido muy bien con el actual modelo. Que la UIT y las operadoras sigan ahí abajo, encargándose de la infraestructura, de los cables telefónicos y de fibra óptica, que de los contenidos y su gobierno ya se encargan ellos".