"Vemos que en Veracruz no se respeta el Pacto por México, porque viene el presidente de la República a hacer anuncios importantes, pero al día siguiente el gobernador responde con este tipo de actitudes cobardes, con agresiones y utilizando la necesidad de las personas", abroncó el senador panista Fernando Yunes, durante la conferencia de prensa que dio el siete de enero, en donde denunció que con conocimiento de causa, los gobiernos del municipio de Córdoba y el estatal (Javier Duarte), no han dejado de lucrar con las necesidades de la población esto, dijo, utilizando a personas de escasos recursos para propiciar agresiones contra legisladores de Acción Nacional.
La denuncia de Yunes se dio luego de que la mañana de ese mismo día, en el centro de Córdoba, él senador junto a la diputada federal Leticia López y un grupo de sus asesores, fueron privados, denunciaron, de la libertad y agredidos tanto física como verbalmente por un grupo de aproximadamente 200 personas, identificadas como militantes del PRI.
"Los priistas que después reconocieron haber sido enviados por el gobierno estatal, comenzaron a lanzar saleros y otros objetos a los ahí presentes, al tiempo que gritaban improperios en contra de los legisladores del PAN", acotó el senador albiazul.
De ahora en adelante, escenas como esta, se advierte, van a estar ocurriendo con una frecuencia, que de la novedad, tal vez, pasarán a lo ordinario. Para el ex diputado federal Martí Batres, el Pacto lo único que patenta es "el ambiente para la privatización de los Petróleos Mexicanos", "se están tomando las decisiones negativas para México, ya no se discute nada con el argumento de que está en el pacto y se anula el debate y se aprueba al vapor", arremete.
La postura de Batres apenas vislumbra lo que al interior de la izquierda ocurre entre ánimos agitados, pues mientras las figuras oficiales se encuentran en la disposición, tras de ellos se gestan inconformes, apáticos y reaccionarios.
"Está firme, mí firma, y el PRD se va a mantener en ello", aseguró en diciembre pasado, Jesús Zambrano, dirigente nacional de la Revolución Democrática quien reconocía que existía suspicacia en el ambiente, por lo que "si no participan las organizaciones no gubernamentales, sociales, y los movimientos que han enarbolando banderas legítimas para que esto aterrice, que lo enriquezcan, y le den seguimiento, no va a tener un buen fin".
Dentro de este ánimo se encuentra Gustavo Madero, líder nacional del PAN, a pesar del dramático descalabro tanto electoral como de miembros activos con que cuenta en su partido.
"Nuestro partido refrenda su compromiso con la agenda de reformas que componen el Pacto por México", explicó Madero el ocho de enero, durante si integración dentro del Consejo Rector en el que están representados el gobierno federal, el PRI y el PRD.
En la redacción del pacto, hay 26 compromisos que requieren de alguna reforma legal, que se presenten en este primer semestre del año, tal vez por ello el vocero del CEN albiazul, Juan Molinar Horcasitas, adelantaba en la sede del partido, que este continuará impulsando las reformas que México requiere y que Acción Nacional incluyó entre las acciones acordadas en el Pacto Nacional.
Molinar señaló en esa ocasión, que los grupos de trabajo mencionados incluyen a un importante número de diputados y senadores organizados, en los consejos respectivos de ambos grupos parlamentarios y también aprovechan el trabajo coordinado de las fundaciones Miguel Estrada Iturbide, Humanismo Político y Rafael Preciado Hernández.
Al interior del PAN, las repercusiones del pacto incluso han retumbado en la Asamblea Legislativa del DF. "Estamos haciendo hoy la convocatoria para que todas las fuerzas políticas en el DF nos sumemos alrededor del Pacto, que la ALDF sea punta de lanza del resto de los estados de la República para bajar a las localidades las legislaciones que el pacto marca en los 5 ejes temáticos", declararon el nueve de enero asambleistas de las bancadas panistas y priistas.
Pero lo que parece disposición entre los que ostentan el poder, dentro de los líderes de la izquierda más arraigada, como el consejero nacional del PRD, Daniel Nava, la suscripción al Pacto, en ningún momento se aprobó mediante una línea política partidaria de acercamiento con el PRI o de acuerdo con el Revolucionario Institucional.
"Se está faltando a los lineamientos del partido; lo más que se había acordado en la última vez que se acordó una política de alianzas, fue revisar posibles alianzas con el PAN, que fue donde surgió el asunto de Puebla, de Oaxaca y estas coaliciones", critica.
"Lo cierto es que no hay la voluntad de citar a las instancias, lo cierto es que el presidente quiere funcionar por encima de las instancias partidarias que es la Comisión Política y que es el Consejo Nacional (...) se ha tratado de tersar el asunto, la posición del grupo de Nueva Izquierda es, pues ya firmamos y ahora se suman, no, y si lo quieren leer, pues ahí están las páginas del Internet, ahí léanlo y vean lo que estamos haciendo", acota.
"Tanto la Cámara de Diputados como la de Senadores, deben tener un espacio en la negociación de la agenda del Pacto por México, ya que las leyes de nueva creación y las reformas legislativas que se propongan, pasarán por el Congreso", apuntaba el vicecoordinador del PRD en la Cámara de Diputados, Miguel Alonso Raya en noviembre de 2012.
Pero la tranquilidad de Raya, no empata con la apatía de sus iguales al interior de la bancada perredista. Para la secretaria de la Comisión de Seguridad Social, Gloria Bautista Cuevas, detrás del Pacto por México "está de por medio el gasto público federalizado y en tal virtud, pretenden anular nuestro derecho y obligación de análisis y aprobación del presupuesto, al buscar convertirnos solamente en oficialía de parte" advertía la legisladora al agregar que el "Pacto por México", en términos concretos, son falacias y demagogia lo que nos quieren vender".
Incluso a tal grado ha llegado la indiferencia de perredistas por el pacto, que el cuatro de diciembre del año pasado, Gerardo Villanueva Albarrán y Rodrigo Chávez Contreras renunciaron a la fracción perredista, argumentando que con la firma del acuerdo nacional, se traiciona la lucha histórica de la izquierda en México.
Tal vez un poco inmaduro y tajante resultó la salida de los legisladores, pues a decir de Fernando Belaunzarán, diputado federal perredista y uno de los impulsores de la legalización de la marihuana en el país, "el pacto por México está en la agenda del PRD, ni modo de que estuviéramos en contra de nuestras propuestas, seríamos esquizofrénicos si nos oponemos a nuestras propuestas".
"Nosotros queremos poner nuestras ideas, y meter nuestras iniciativas para que se hagan ley, y lo que dice el Pacto por México es que se van a hacer ley, se van a implementar, entonces, bueno, no va a ser con violencia como cambiemos al país, no va a ser entrándole a la descomposición y a la crisis como vamos a cambiar al país, es con acuerdos o con pactos", explica.
En este tenor, Belaunzarán argumenta que al interior del Congreso se ejecutarán los amarres, pues prácticamente todos los acuerdos son legislativos y se reforman algunas constitucionales, algunas de leyes; nos tenemos que aplicarnos para hacerlas realidad".
"Que esto no sólo sea un engaño, que no sólo sean buenos deseos, que no sólo sea una carta a Santa Claus de buenos deseos, tenemos que implementarlo, por eso va a ser clave una comisión de evaluación y seguimiento del Pacto para que haya una presión de la sociedad para que se cumpla", advierte.
La contradicción para algunos radica en que el PRI se alía dentro del Pacto, con el PRD y el PAN, dos partidos que en reiteradas ocasiones han confirmado su coalición para las elecciones de 2013.
"Ese es asunto que les atañe a ellos; el PRI es afecto a las alianzas partidarias, que son el preludio de las alianzas de gobierno, pero la principal de las alianzas que queremos lograr, es la alianza con los ciudadanos, la alianza de los resultados, la alianza de las promesas convertidas en programa y los programas convertidos en acciones y las acciones que cambian positivamente la vida de las personas", argumentaba el presidente nacional del PRI, César Camacho, cuando los primeros atisbos de una alianza "descomunal", se daba entre los tres partidos rectores en el país.
Pero a pesar de la bizarra naturalidad del pacto, a decir de Camacho, este plantea un crecimiento obsesivo. "Ningún mexicano en pleno uso de sus facultades, podría estar en desacuerdo con que necesitamos crecer obsesivamente, nadie puede estar en desacuerdo con que tenemos que mejorar las condiciones de la seguridad y la justicia o tenemos que recuperar el prestigio de la política exterior; el reto es cómo hacer esas precisiones y esas definiciones que nos harán diferentes a otras opciones políticas".
Tal vez y solo bajo este tenor, es que se comiencen a ver los primeros logros dentro del acuerdo, pues a decir del líder priísta, estos temas tendrán que ser referentes al tema hacendario. Ingresos, egresos, deuda, contabilidad, participaciones y aportaciones a los estados, explica. "El PRI irá, como lo ha estado preconizando, por una gran reforma hacendaria, sustantiva, que toque no sólo impuestos, también derechos y como dije, empréstitos y la contabilidad".
De ser así, de llevar a cabo un Pacto con un ánimo enfocado en el acuerdo fiscal, tal vez con la suma de estos números se aprenda a negociar entre el Revolucionario, el Institucional y Acción Nacional, un amarre en donde prevalezca la suma de simpatías para que el improbo trabajo, reste las fricciones y a seis años, lejos de gastarlos en las diferencias, se halla logrado cumplir con la agenda.