Los medios han dado gran cobertura al World Economic Outlook (WEO-FMI), Coping with High Debt and Sluggish Growth, reporte tradicionalmente esperado por el mercado, que ha desatado un gran ruido público; pero escasa atención se ha brindado al Global Financial Stability Report (GFSR), también de la factura del FMI.
En tanto el primer reporte da una visión agregada de la economía mundial, el segundo se centra específicamente en el análisis de las condiciones financieras que prevalecen y en las previsiones de su futuro inmediato. En la coyuntura actual, pareciera que este último reporte puede resultar de mayor interés para conocer la evolución inmediata del financiamiento de la economía y de la sanidad de las finanzas públicas.
Lo dado a conocer, especialmente por el FMI, va en la dirección hecha pública por El Semanario, Sin Límites, hace casi un año, particularmente desde esta columna; por lo que para algunos lectores analizar el WE0 y el GFSR puede resultar un esfuerzo reiterativo u ocioso. Ello, máxime que la crisis de la Zona Euro (ZE) y la lenta recuperación económica de USA no aparentan tener fin. Pero como la realidad es muy necia y a veces también muy triste, es importante ante el cambio sexenal, que se avecina, tener presente los hechos y principales conjeturas presentadas en Tokio.
De acuerdo al WEO, el FMI alertó sobre una débil recuperación económica internacional. Señaló que el fracaso de USA y la EZ en la implementación de políticas para atacar problemas fiscales amenazan a la ya de por sí débil recuperación económica global (Financial Times, 8 de octubre 2012). El organismo internacional degradó su pronóstico de crecimiento para el próximo año. Sorprendentemente remarcó, además, que los gobiernos sistemáticamente han desestimado el daño hecho al crecimiento por la subida de los impuestos y los recortes de gasto.
El Fondo estima que el producto se expandirá a nivel global en 3.6%, en lugar de 3.9% estimado originalmente en Julio. Para tal estimación se asume que el Congreso de USA evitará la cancelación automática de los recortes impositivos y la reducción del gasto el año próximo y que los gobiernos de la ZE seguirán el plan para que el Banco Central Europeo (BCE) compre deuda soberana, comprometiéndose a una reforma económica y a una mayor integración. Tales supuestos pueden considerarse heroicos, en la vieja jerga de los economistas, por lo que el cumplimiento de tales previsiones se antoja difícil de lograr.
De retener Barack Obama la Presidencia, seguirá con su política acomodaticia frente a los republicanos, lo que hará que al menos se mantenga el gasto público en la senda de los recortes presupuestales, lo que repercutirá en un menor consumo público y menores subsidios para la clase media americana.
De ganar Mitt Romney, aplicará una reducción impositiva, en especial a favor de la clase alta, e impondrá una amplia reducción del gasto público, para seguir en la ruta del saneamiento de las finanzas públicas, en una condición mayor de menores ingresos fiscales. Ante ello, lo más probable es que USA seguirá con una contracción de la demanda interna por la vía de la reducción de gasto, apuntalando la depresión económica, entendida como una situación de actividad productiva y generación de empleo menor a lo potencialmente posible y a lo convencionalmente logrado antes de la crisis actual.
Por lo que hace a la ZE, no parece haber una razón para pensar que las autoridades comunitarias, especialmente el BCE y los diferentes vehículos financieros existentes, honren su palabra y compromisos. Su falta de credibilidad y pérdida de capital político han sido crecientes, por lo que las medidas anunciadas cada vez han ido perdiendo mayor efectividad. A ello se agrega el entorno político que habrá de cambiar vía elecciones, este sería el caso en Alemania e Italia, que obligarían a una mayor cautela institucional a fin de cuidar la simpatía de los electores.
El WEO reconoce, además, que la resistencia de los países emergentes para tratar choques macroeconómicos externos se ha incrementado, pero que aún así deberían estar preparados para enfrentar situaciones adversas. Esto porque las condiciones favorables que han vivido economías como China, India y Brasil han descansado en una alta demanda internacional, creciente demanda de materias primas y flujos de capital de los países desarrollados. Factores que han perdido dinamismo o francamente han perdido peso.
Es posible afirmar que la reducción de las expectativas de crecimiento de la economía mundial, que se estima crecerá este año en 3.3%, por el nulo crecimiento esperado en la ZE; la lentitud del crecimiento de USA y la reducción del crecimiento de los países emergentes, que en el caso de Brasil será de la mitad con respecto al año pasado; inducen a pensar que la depresión económica se irá extendiendo a otras regiones del mundo. De tal situación adversa obviamente México no podrá ser ajeno, por lo que se espera ajustes a la baja en sus expectativas de crecimiento para 2013, en un ambiente francamente inflacionario, que Agustín Carstens ha amenazado combatir.
Por otra parte, el WEO, incluye un capítulo sobre la ejecución fiscal de ciertos países por un período superior a cien años. El capítulo ha sido intitulado el bueno, el feo y el malo, en referencia a un spaguetti western, de los 1960s. Seis casos particulares son estudiados: el Reino Unido en 1918, tras el final de la I Guerra Mundial; los Estados Unidos en 1946, tras la II Guerra Mundial; Bélgica en 1983; Italia una década después, en 1992; Canadá (1995) y Japón (1997).
Las conclusiones presentadas ponen en entredicho verdades asumidas como reveladas, al tiempo que confirman alguna que otra convencionalmente sabida. Una de las conclusiones del informe es que la hiperinflación lleva a reducciones efectivas y rápidas de la deuda, porque se paga con un dinero que pierde valor muy rápidamente. Pero no hay una clara relación entre el nivel medio de inflación y el cambio en el nivel de deuda. Otra conclusión es que no hay una correlación entre el crecimiento y la reducción del endeudamiento en los seis países del primer mundo que han sido considerados. Por lo que es normal que el crecimiento económico puede convivir con rápidos crecimientos de la deuda (José Carlos Rodríguez, 09-10-2012, El imparcial).
Pero tres ideas que son relevantes para la crisis fiscal europea, para la estadounidense, para la japonesa también, y desde luego para la española son explicadas. La primera lección, dice el informe, es que los esfuerzos de consolidación fiscal se tienen que complementar con medidas que ayuden al crecimiento, por lo que de otra manera puede aumentar la deuda. La segunda es que los planes de consolidación fiscal deben ser reformas persistentes, estructurales, más que medidas temporales o cortoplacistas. Una tercera lección es que esta consolidación fiscal y reducción de la deuda lleva tiempo.
Las lecciones enumeradas por el FMI parecen contravenir las acciones tomadas, especialmente en Europa para enfrentar la crisis del Euro, misma que ha devenido en una crisis de deuda generalizada y que ha terminado por provocar una recesión, que llevará a un crecimiento cero al conjunto de la ZE. Todo esto a pesar de haberse insistido que no puede haber saneamiento fiscal sin crecimiento económico y que, más recientemente señalado, el aumento de impuestos indirectos (IVA) termina por general mayores precios y menor competitividad para exportar. Las lecciones históricas presentadas por el FMI fortalecen la visión de que la depresión económica se irá fortaleciendo y expandiendo a nivel global.
Por lo que hace al GFSR, el reporte indica que los riesgos del sistema financiero global se han incrementado, siendo la ZE la principal preocupación. Por ello, urge a los definidores de políticas actuar ahora para restaurar la confianza, revertir la salida de capitales y reintegrar la ZE. Agrega que Japón y USA necesitan tomar los pasos necesarios hacia el ajuste fiscal de mediano plazo. En el informe se suma que los países emergentes necesitan guardarse en contra de futuros choques, mientras administran una caída en el crecimiento. Finalmente, el GFSR concluye que las reformas regulatorias del sistema financiero han sido limitadas en su progreso.
El GFRS presenta un panorama adverso para la ZE, pero también para el saneamiento del sistema regulatorio. Por lo que es posible pensar que en tanto el sistema financiero no modifique sus reglas difícilmente podrá sustentar un cambio positivo en su operación hacia el crecimiento y el empleo. Dicho de otra manera, el sistema financiero podría convertirse en el Talón de Aquiles para la recuperación económica de la ZE y del mundo. Aún más, podría dañar más el crecimiento y crear más desempleo ([FT@emailbriefings.ft.com] Wednesday October 10 2012).
Sin duda, la salida de capitales es un punto sobresaliente para el GFRS, dado que se estima que de junio 2011 a 2012 salieron de España del orden de 300 mil millones. Cifra sumamente elevada si se considera que el rescate de la banca española se calculó costaría hasta cien mil millones de euros. Tal hecho es un síntoma claramente negativo que recuerda las crisis económicas del periodo 1980-1990 experimentada en países desarrollados, entre ellos México.
Además, ello pronostica que la reducción de capitales afectará más la liquidez de países como España, Italia, e Irlanda, que se agregan a Grecia y Portugal cuya situación económica es socialmente explosiva. Al respecto, hoy algunos países como Brasil y Chile han comenzado a tomar medidas para evitar los influjos de capitales, en virtud de que acaban por apreciar las monedas locales y afectan la balanza comercial, por la vía de exportaciones más caras e importaciones más baratas.
Bien se puede decir que 2013 no será un año de recuperación o al menos de resolución de los problemas económicos globales. Será un año lleno de mayor incertidumbre con fenómenos considerados inéditos como es el que países emergentes desalienten la entrada de capitales a sus economías, esencialmente aquellos considerados como calientes o golondrinos. De igual forma, se terminará por reconocer la guerra de divisas, generada por la abundancia de dólares a escala internacional, tal como lo ha apuntado la autoridad financiera brasileña.
Sólo con voluntad e inteligencia se podrá lograr un equilibrio internacional en beneficio de todos, bajo el principio de que el mundo económico nunca volverá a ser como el que prevalecía a principios de este siglo y de que el sistema financiero debe ser reordenado para alcanzar un desarrollo sostenible en un mundo post-global y multipolar.
Bien a dicho el nuevo Presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, al menos Si los ministros simplemente hicieran todas las cosas que ellos han prometido, yo pienso que estaríamos en mucho mejor forma económica (727748.1298712509@ems.euromoneyplc.com). Esperemos, por el bien de todos, que así lo hagan los próximos secretarios mexicanos de despacho, antes que la depresión económica pueda afectar a todo el mundo.