Miercoles 6 de Febrero del 2013 |
28 / Abril - 4 / Mayo / 2012
Nelly Aguilera
Nelly Aguilera

Reflexionando sobre el empleo

El capital humano es lo más importante de los países; es el principal determinante del crecimiento de los países y del nivel de bienestar de los ciudadanos. En este contexto, el empleo eclipsa cualquier otro factor que pudiera afectar la economía.

Por esta razón, el estudio del empleo ha atraído a un número importante de economistas y dentro de estos a las mentes más brillantes: de los últimos doce años cuatro premios Nobel de economía han dedicado parte o la mayoría de su agenda de investigación al tema del empleo.

Aun así, quizá el principal consenso que se tiene es que no se ha llegado a entender de forma plena el comportamiento del empleo, ni a nivel macroeconómico ni a nivel microeconómico; ni en los países desarrollados y menos en los países en vías de desarrollo.

En el caso de México, y en mi opinión, tenemos más preguntas que respuestas; muchas de ellas fundamentales para la definición de políticas públicas. Algunas son: ¿Cuál es la magnitud de respuesta de la oferta laboral (la decisión de trabajar o buscar empleo de las personas) y ocupación a los impuestos al ingreso? ¿A los impuestos a la nómina, al IVA? ¿Cuál es la respuesta del empleo formal a estos impuestos? ¿Cómo responde el empleo formal a programas no contributivos de pensiones, salud y otras prestaciones sociales? ¿Por qué las personas y las empresas deciden trabajar en el sector informal? ¿De qué depende el desempleo y su duración? ¿Por qué las personas desempleadas dejan de buscar trabajo? ¿Por qué en la crisis del 2001-2002 se observó lo que se conoce como recuperación de la economía sin empleo y en la crisis del 2008-2009 se observa que el empleo se recupera simultáneamente al crecimiento de la economía?

La disponibilidad de información, sobre todo de encuestas en las cuales el gobierno gasta cantidades significativas de dinero, así como investigadores interesados en el tema permitirá la proliferación de estudios. Con todo, pasarán muchos años antes de que lleguemos a tener una mejor respuesta a las preguntas planteadas anteriormente.

Como mencioné dos párrafos arriba, los cuestionamientos son clave para la definición de políticas públicas. ¿Cómo entonces se concilia esta situación con el hecho de que existen al menos dos propuestas de gran envergadura para reformar el mercado laboral en México?

Desde hace años se ha hablado de la necesidad de llevar a cabo una reforma laboral en México que tiene como eje de sus diversas iniciativas la flexibilización del mercado laboral. Permitir el trabajo de tiempo parcial, abaratar los costos de despido, son dos ejemplos en este sentido.

Por el otro lado, circulan propuestas de bajar los impuestos a la nómina, en particular eliminando la contribución del seguro de salud, de tal forma que se reduzcan los costos del empleo formal y se fomente la creación de este tipo de empleo.

Ambas propuestas pueden justificarse bajo argumentos teóricos, en tanto que experiencias internacionales exitosas nos permite ser optimistas en el tema.

La teoría es muy clara en establecer que los impuestos y rigideces son distorsionantes de las decisiones económicas, que en este caso se traducen en menores oportunidades de empleo. La experiencia internacional es muy clara en que el marco institucional afecta los mercados laborales. Corea, es un ejemplo, como ya lo he dicho en ocasiones anteriores, que una política de flexibilidad laboral y bajos impuestos -conjuntamente con altos niveles de educación- se asocia a altos niveles de empleo.

En conclusión, considero que ambas políticas serían benéficas para el país, en particular para ciertos grupos de la población como los jóvenes. No obstante, considero que al desconocer la respuesta del empleo a variables clave, no nos debiéramos de atrever a predecir un efecto global. Mi conjetura es que puede ser bastante menor al número que circula en algunos estudios y que se cita en la prensa en declaraciones de miembros de grupos que apoyan estas reformas. ¿Las razones? Precisamente el bajo nivel de capital humano del país y secundariamente otras variables estructurales que impiden la formalización del empleo, como la distribución geográfica de la población, en la cual todavía un porcentaje importante vive en localidades pequeñas y alejadas.

Los números que circulan son consistentes con el hecho que los hacedores de política pública exageran por una cuestión lógica los efectos benéficos de sus propuestas. Cuestionar y tratar de establecer cierta validez es consistente con el trabajo que hacemos los investigadores. Mantenernos en esferas de trabajo diferentes es entonces fundamental.

Por: Nelly Aguilera
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