OCESA ha acaparado la realización, producción y difusión de estos montajes; cuenta con la infraestructura y las relaciones públicas para sostener musicales con temporadas grandes para los estándares de este país; no importa si el espectáculo no es redituable, existe una súper maquinaria capaz de mantener fracasos financieros.
Un musical es muy caro. Necesita una fuerte inversión para establecer, en primera instancia, un primer desarrollo de la producción; después de cumplir éste, las cantidades de dinero que se requieren aumentan y aumentan hasta llegar a su estreno y el mantenimiento de la temporada. Y todo aumenta a enorme escala cuando en el 99% de los casos las obras vienen de Broadway y Londres.
Es cierto, OCESA es la única productora capaz de darle vida a este tipo de proyectos; gracias a ella podemos apreciar en nuestro idioma y país espectáculos de gran renombre en la marquesina internacional.
Sin embargo existen grandes desventajas al respecto: ninguna empresa querría invertir su dinero en otra productora si no ofrece las condiciones de seguridad que ofrece OCESA; las agencias de Broadway y de Londres tienen tarifas altas para la venta de derechos de ciertas obras y OCESA es la primera en la lista para realizar este tipo de negociaciones sin ninguna incertidumbre; al ser OCESA la única capaz de levantar y sostener estos proyectos, la venta de boletos se puede encarecer sin medida porque no hay una competencia real frente a ella.
Y aquí vale la pena señalar un punto: el precio de boletos de estas obras es barato en comparación a países de primer mundo, no obstante, es caro para nuestra realidad económica. Y aunado de esto, si no existe una amplia oferta y por lo tanto una fuerte demanda, la venta de boletos se eleva para conseguir ganancias a cualquier costa sólo por este medio.
Es interesante observar el comportamiento del teatro en México a través de los musicales porque, en cierta manera, se puede entender el desarrollo de toda la escena teatral. Ahora bien, mi análisis hasta ahora se ha centrado en una arista económica, sin embargo, el contenido, la expresión, la historia se vuelven más importantes, se convierten en la plataforma para que el flujo financiero tenga sentido.
Dentro de los musicales producidos por OCESA hay cierto estándar de calidad escénica. Como todas sus producciones vienen del extranjero, todo se convierte en una franquicia. A veces hay más alma, otras hay menos; en algunos casos, a pesar de la franquicia, todo se vuelve un desastre. Pero más allá de los casos en específico, no existe una contraparte, un ambiente competitivo donde se pueda enriquecer la calidad escénica y sobre todo al público.
Por eso, cuando una productora es capaz de hacerle frente a toda la maquinaria de OCESA es digna de observarse. Este octubre Escenari Teatro produjo el musical "Despertando en primavera" en el remodelado Teatro San Jerónimo Independencia; aquélla ha tenido mayor experiencia en el ámbito cinematográfico y televisivo, sin embargo, se ha aventurado a llevar a la escena mexicana este espectáculo ganador del Tony al mejor musical en el 2007.
La historia está basada en el drama de finales del siglo XIX escrito por el alemán Frank Wedekind; cuenta cómo un grupo de niños se convierte en adolescentes en un pueblo apartado de la modernidad. No sólo se enfrentan a los cambios físicos sino también a las reglas caducas impuestas por los padres para descubrir un mundo de hipocresía, doble moral y mentiras. La tesis central del texto es cómo las leyes de la naturaleza se contraponen con las leyes sociales.
En cuanto a la línea argumental de Steven Sater, los personajes centrales Wendla y Melchior reciben la atención del escritor; en ellos refleja un amor trastocado por los prejuicios y la distorsión de las reglas de los adultos. No obstante, los demás personajes tienen todo para adentrarnos en su historia pero en ningún momento lo hacen o, si se logra, lo hacen de manera superficial. Parece que sobran personajes porque no aportan algo diferente a la historia de Wendla y Mechior.
El primer acierto del montaje es la adaptación al español tanto de los diálogos como de las canciones; usan términos cercanos a nuestra forma de hablar y en ningún momento se nota forzado. Y, gracias a esto, la música brilla más por la excelente partitura de Duncan Scheik
Las actuaciones en el montaje mexicano son consistentes. Se percibe un trabajo detallado en la psicología de los personajes y en caracterizar su cuerpo con ademanes y gestos interesantes. Sin embargo, el uso de micrófono hace que los actores se confíen y no cuiden su dicción y nivel de energía. Como se escuchan con su voz amplificada, descuidan la intensidad en sus actuaciones y pierden fuerza en escena. Destaca el trabajo de Gicela Sehedi y Cristóbal García-Naranjo, quienes interpretan todos los personajes adultos, porque en ellos hay constancia de energía y se logra entender todos sus parlamentos.
La escenografía es hermosa; los cuadros plásticos, bajo una cuidadosa iluminación, recrean la atmósfera necesaria en cada una de las escenas sin perjudicar el brillo de los actores. Pero les urge checar el sistema de sonido; está mal ecualizado y por momentos los micrófonos de los actores no sirven en canciones; y si a esto se le suma la mala dicción y bajo nivel de energía todo resulta aburrido por momentos.
Hay algo que necesita replantearse porque perjudica la escena. Hay ciertos asientos en el escenario donde el público se puede sentar; a lado de estos, están los coros. En ciertas canciones ellos participan de las coreografías y de los trazos escénicos pero están vestidos como si fueran parte del público. Éste es un elemento distractor; aminora los momentos dramáticos y no funciona para entrar en la convención de estar en un pueblo alemán de finales del siglo XIX.
A pesar de todo, "Despertando en primavera"divierte al público por sus buenas canciones. En términos generales, la obra no defrauda al público de los musicales y aquellos curiosos que asisten por primera vez a este tipo de espectáculos. Es una buena manera de abrir la oferta y demanda en un terreno tan cerrado como el de este género. Es una posibilidad para enriquecer la escena y, por lo tanto, al público. Como una nota final, los productores deberían pensar replantear toda su publicidad hacia un público más joven, más adolescente, porque en éste tendría un mayor eco todos los temas propios la historia y, seguro, un éxito en taquilla.
"Despertando en primavera"
Libreto y letras: Steven Sater
Música: Duncan Sheik
Dirección: Natalia Traven
Teatro San Jerónimo Independencia (Periférico Sur 3400 Unidad Independencia)
Jueves 20:30 hrs., viernes 21:00 hrs., sábados 18:00 y 21:00 hrs., domingos 16:00 y 19:30 hrs.