La trayectoria del torero está llena de detalles de magia taurina y de un quehacer privilegiado en los ruedos, su manera de interpretar el toreo le da el aura de artista de los ruedos, aunque cabe mencionar que Morante es una mezcla entre la técnica y el arte que no frecuentemente se conjugan.
Hace varios años que muchos aficionados lo mencionamos como un punto y aparte, por qué en su camino él transita solo con la magia de la verónica de su lado y el pase natural que entre otros pases y lances han provocado la inspiración de pintores y escultores.
Su carácter es relajado y su hablar muy pausado, poco sabemos de él fuera de los ruedos y eso nos da una idea que su principal virtud es ir de boca en boca de los aficionados taurinos por su tauromaquia que se produce en éste siglo, pero que pertenece al mundo romántico e inigualable del toreo eterno.
Su melena, sus patillas, su vestimenta se remonta a las épocas en las que las faenas se narraban con la emoción, brillando en los ojos de los aficionados hipnotizados por un lance, un pase o un detalle, como cuando anda de vena y pone banderillas.
Nos muestran a un torero capaz de sorprender a quienes hemos tenido la oportunidad de disfrutarlo. Enhorabuena por el apoderamiento y que se traduzca en más tardes en México en dónde siempre hemos tenido una gran inclinación por el toreo artístico.