Me refiero a la calidad de la educación y es aquí en donde tenemos el mayor de los problemas; hay quienes dicen que sería mejor apostarle a la creación de empleos, sin embargo los empleos no se están dando y un empleo sin la educación adecuada hará que la gente no pueda acceder a mejores estadios.
La educación debiera tener mejores maestros, bien preparados.
Regresar a la creación de escuelas normales, infundir en los maestros deseo de trascendencia, amor al conocimiento de manera teleológica, capacitación que se aleje de los modelos tradicionales y explore nuevas formas de educar que en el mundo están dando espléndidos resultados; entender que el acceso a la información hoy está casi al alcance de cualquiera a través de la tecnología informática, y que se necesario enseñar a pensar y a investigar, en lugar de memorizar.
La educación debiera contener nuevamente clases de civismo, infundir valores y rescatar nuestras tradiciones, hacer énfasis en que somos un pueblo rico en nuestra historia, que venimos de una mezcla extraordinaria, en lugar de renegar de haber sido conquistados, entender que el sincretismo del que provenimos es una fortaleza y no una debilidad.
La educación debe ir de la mano de la creatividad de los maestros y de la creatividad como método de aprendizaje; si algo tenemos los mexicanos es la capacidad de resolver cosas mediante la creatividad precisamente, por ende esta debe ser potenciada.
Si bien es cierto que los sindicatos magisteriales han sido calificados como un lastre para el país, creo que estos podrían reconvertirse y apoyar de manera frontal la educación en México.
Los sindicatos son necesarios para defender los derechos de los maestros; la gran mayoría de ellos tienen sueldos miserables y falta de prestaciones; entre ellas o cuentan con capacitación constante y en el mundo que vivimos la vertiginosidad del cambio es la constante, por ello es que la capacitación debiera ser permanente.
La vocación de servicio de los maestros no debe seguir siendo explotada por los gobiernos, sino mas bien debiera estar siendo estimulada. Si queremos mejores alumnos debemos tener mejores maestros.
Otra de las condiciones es a mi parecer la educación laica; ya bastante daño han hechos las religiones educando a la gente en la culpa, la resignación y la ausencia de duda, esta como método para el conocimiento.
Pero no solo laica, sino también sin influencias regionales, salvo aquellas que tengan que ver con las tradiciones y no como una manera de impulsar el encono gregario, sin influencias partidistas, pero haciendo conciencia de la importancia de criticar las políticas públicas, participar en la vida política y comprometerse con el bien común como una manera de encontrar campos fértiles para el desarrollo.
Creo que también la creación de mayores Universidades tecnológicas es urgente, pero también en ellas inculcar valores a los educandos.
La falta de valores es lo que ha llevado a México a la condición en que se encuentra; mucho nos quejamos de nuestra idiosincrasia, pero poco o nada estamos haciendo por cambiarla.
Hoy muchos de los maestros que tenemos en el país son casi autodidactas y si bien es cierto que esto tiene un mérito inmenso, también lo es que estamos perdiéndonos de nuevos modelos de educación que podrían abrirnos el paso hacia un mejor futuro.
Los mexicanos nos quejamos de todo y la mayoría de las veces con justa razón, pero si todos los que nos venden un bien o servicio, sea público o privado, tuvieran una formación académica y cívica adecuadas, seguramente tendríamos menos de que quejarnos.
Solo como muestra o ejemplo de la mala educación, podemos analizar lo que vemos en las calles:
la gente sigue tirando basura en cualquier parte, los peatones no son respetados y estos cruzan por donde les viene en gana, pocos muy pocos saben que quien va circulando en una glorieta tiene preferencia, la calles siendo públicas son tomadas por comerciantes ambulantes porque son de todos, como si los bienes públicos no requieran de respeto, las pintas y graffitis, afean nuestras fachadas, la manera poco amable del trato entre las personas, es una muestra de la ruptura del tejido social, debido básicamente a que no existe una educación que sea el hilo conductor de una sociedad.
El próximo gobierno tendrá que invertir recursos de todo tipo para cambiar la educación y así transformar a México.
Llevo muchos años dando clases, no solo en México sino en diferentes países. Creo en la formación integral de los individuos.
Amo la academia gracias a quienes fueron mis maestros; de ellos recuerdo a dos que me hicieron amar profundamente a mi patria: mi profesor de historia y mi maestro de civismo. Gracias a ellos es que tengo un compromiso con México y lo agradezco profundamente.
Soy mexicano de muchas generaciones, pero lo que me hace sentirme más mexicano es lo que aprendí de estos dos hombres maravillosos. Hay que hacer que los alumnos admiren a sus maestros y ellos deben ser lo que transforme nuestra triste realidad.